A medida que Chile y otros países latinoamericanos prosiguen su lucha contra la pobreza, se hace cada vez más hincapié en un aspecto importante: la contribución de la mujer a la economía no es sólo una cuestión de igualdad, sino también una herramienta estratégica para el desarrollo de la sociedad. Este fue el mensaje del seminario internacional «Superación de la pobreza, creación de empleo e igualdad de género», celebrado en Santiago los días 26 y 27 de julio de 2004.

Según consignó Noticias Chile, en el evento, representantes de Naciones Unidas y de la Organización Internacional del Trabajo destacaron que, pese a los avances, no todo está hecho. «Aunque se han hecho acuerdos internacionales y esfuerzos importantes, no ha sido suficiente», dijo Irene Filippi, representante del PNUD en Chile.

El Impacto del Trabajo Femenino en la Reducción de la Pobreza

Según ella, aún falta empleo en el país, la participación en la economía sigue siendo limitada, especialmente para las mujeres, y los niveles de pobreza se mantienen altos. Además, según noticias de Chile, los participantes en el taller destacaron el bajo nivel de compromiso cívico.

Sin embargo, Cecilia Pérez, ministra de la Mujer, fue uno de los comentarios positivos. Señaló que, en la primera década de democracia, la participación activa de las mujeres en el mercado laboral había contribuido a reducir significativamente la pobreza. Las cifras hablan por sí solas: 

  • En 1990, el 38,6% de los hogares estaban por debajo del umbral de pobreza; 
  • En 2000, esa proporción se había reducido al 20,6%. 
  • En el mismo período, la participación de la mujer en la economía pasó del 29,6% al 35%.

Noticias chile hoy subrayan: una tendencia similar se observó en toda América Latina. Como señaló Andrés Maranikas, representante de la OIT, es la participación de la mujer en el trabajo remunerado lo que se está convirtiendo en la base para la erradicación completa de la pobreza extrema en la región.

Retos y Barreras que Aún Enfrentan las Mujeres en el Mercado Laboral

Sin embargo, a pesar de los avances positivos, siguen existiendo muchas barreras. En particular, la ministra Pérez subrayó que el programa Chile Solidario tiene como objetivo que al menos un adulto de la familia trabaje. Sin embargo, es crucial que este papel no esté reservado exclusivamente a los hombres y que el trabajo de la mujer deje de percibirse como secundario.

Según Chile Noticias, las mujeres tienen más probabilidades de enfrentarse a obstáculos a la hora de entrar en el mercado laboral, incluidos los estereotipos de que es más caro contratar a mujeres y los problemas en las familias donde el reparto de responsabilidades sigue siendo desigual. Las condiciones en el lugar de trabajo también se suman al reto: salarios más bajos, discriminación en los ascensos y acoso.

Otro problema destacado durante el taller es el acceso al crédito. Aunque las mujeres son prestatarias más fiables, su acceso a los recursos financieros sigue siendo limitado, como confirma la investigación realizada en Santiago.

El debate se centró especialmente en la necesidad de desarrollar guarderías. Sin una infraestructura de guarderías de calidad, será complicado que las mujeres se incorporen masivamente al mercado laboral.

News Chile añade que el taller coincidió con la finalización de la primera fase del proyecto Género, Pobreza y Empleo en Chile, ejecutado por la OIT y el PNUD. El proyecto produjo un libro, «Mujeres, Brecha de Igualdad y Mercado Laboral en Chile», que analiza en detalle los desequilibrios de género en el empleo.

El resultado del debate puso de manifiesto la necesidad de un enfoque global para reducir realmente la pobreza en el país. Además de los cambios legislativos, es fundamental reforzar los mecanismos institucionales de apoyo a las mujeres, desarrollar políticas de empleo y eliminar los estereotipos que dificultan su realización profesional.

Así pues, como destaca Noticias de Chile, Chile está bien situado para realizar un cambio fundamental y crear un mercado laboral más justo e inclusivo. Una acción oportuna y una estrategia adecuada ayudarán al país no sólo a reducir la pobreza, sino a hacerlo de forma sostenible y a largo plazo.